El cine como un mundo aparte

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sábado, 30 de julio de 2016

Buscando a Dory: secuela digna al igual que innecesaria.

Buenas a todos. Hoy estoy para hablaros de la película que tiene el honor de ser el mejor estreno de una película de animación en la historia del cine de Estados Unidos, aunque en España también ha arrasado en taquilla. Pista: es sobre un pez olvidadizo, pero a la vez que adorable. Exacto, me refiero a Buscando a Dory, secuela de Buscando a Nemo.


La secuela de marras nos cuenta el propósito de Dory de encontrar a sus padres después de recordar que ella también tiene una familia. Al principio tiene que hacer frente a las dudas de Marlin, sin embargo, consigue que la ayuden tanto él como Nemo, pero al poco tiempo es secuestrada por uno de los empleados del Instituto Marino de California (vaya, esto me suena). Por lo que Marlin y Nemo tendrán que emprender otra aventura para encontrar a Dory y de paso dar con su familia.
Antes que nada, mi crítica va un poco influenciada por mis sentimientos de la infancia ya que Buscando a Nemo se estrenó cuando yo tenía 7 años escasos, y está película forma una parte importante de mi infancia. El caso es que el anuncio de una secuela fue un poco sorprendente, aunque hasta parecía un poco lógico que haya una secuela enfocada a Dory, pero hay que reconocer que una secuela de una película, que se podría calificar de obra maestra, parecía innecesario.

Y en efecto lo es, es una secuela innecesaria, la mires por donde la mires. Y tampoco llega a superar a la película original, tanto por la trama, los personajes y por el contenido dramático. En primer lugar, la trama repite muchos patrones de la primera película: Marlin sigue siendo el mismo cabezón y un poco bocas, que termina aprendiendo otra lección gracias a su hijo y Dory, un pez que se propone conseguir algo y es secuestrado (Nemo en la primera película con el arrecife, y la olvidadiza con encontrar a su familia), y que Marlin (aunque en esta ocasión va acompañado de su hijo) tenga que emprender otra aventura para encontrar a Dory. Lo que si que hay que destacar como positivo es el clímax en el final de la película, que consigue jugar con los planos de forma que te hace aferrarte a la butaca y que acaba con final feliz.


Por otra parte, me duele reconocer que ni el pulpo Hank, ni las dos ballenas del acuario, ni los padres de Dory consiguen el mismo carisma que tenían Gil y compañía en el acuario del dentista donde Nemo es retenido en la primera película. Otro personaje memorable que se ha echado de menos en esta secuela es el de Darla, y está claro que ella no pintaría nada aquí, pero se ha echado en falta a un personaje a la altura de ella. Además, el contenido dramático en esta película es muy light si lo comparamos con la secuencia de apertura de la primera película, que consigue dejarte con el corazón en un puño. Por no decir que la secuela el contenido dramático se enfoca exclusivamente en Dory y sus padres, sin embargo, las lecciones de vida acerca de la familia y la amistad, que tan bien ha sabido mostrar la primera película, siguen presentes. Pero si hay algo que Pixar sabe hacer muy bien es combinar drama con comedia, por lo que en esta película no podían faltar las escenas cómicas relacionadas con los despistes de Dory, o personajes extravagantes que dan pie a situaciones cómicas como es en el caso de la concha solitaria o de las ballenas Bailey y Destiny.

Destiny ya aparecía en la primera película pero sólo se oía su voz.

En conclusión, estamos ante una secuela digna pero que no consigue superar a la original, y que encima se repite. A nivel personal, habría preferido dejar para la imaginación lo que podría suceder con Marlin y compañía después del final de Buscando a Nemo, ya que conseguir crear secuelas que consigan superar a la original es tarea bastante complicada y que puede dar lugar al fracaso (véase Cars 2 o Monstruos University).
Mi reacción al darme cuenta que MU no era tan buena como se esperaba.

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